Con
el propósito de construir un sistema institucional de gestión cultural con un
enfoque territorial-regional que refuerce la perspectiva pública de la cultura
y consolidar un modelo de concertación y gestión cultural acorde con los
desafíos de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la región
centroamericana y al mismo, tiempo, fortalecer el sector cultura por su
potencial de contribuir a esos propósitos, se concreta la Política Cultural de
Integración Centroamericana 2012-2015.
Con
este instrumento se contribuye al fomento y desarrollo del espacio cultural
centroamericano en busca de garantizar la igualdad de oportunidades para la
creación, distribución y consumo cultural de las expresiones culturales a la
ciudadanía y a los grupos sociales como un derecho cultural. Además, se abre el
camino para proteger las expresiones culturales de grupos en situación de
riesgo o exclusión social.
El
acto de lanzamiento oficial se realizó en el patio de la Paz del Palacio
Nacional de la Cultura con la presencia del Ministro de Cultura y Deportes,
Carlos Batzin; el Embajador de España en Guatemala, Manuel Lejarreta Lobo; y la
Secretaria General del Convenio Constitutivo de la Coordinadora Educativa y
Cultural Centroamericana, María Eugenia Paniagua.
La
Política Cultural de Integración Centroamericana surge como resultado de la Cumbre Extraordinaria de Presidentes del
SICA, que orientó la Consulta
Estratégica aplicada en Centroamérica para el planteamiento de la política
en el marco de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana CECC/SICA
hasta 2015. La misma sugiere seis ámbitos temáticos: la identidad
centroamericana, la promoción de conocimientos culturales, el sentido de pertenencia
a la región, el respeto de la diversidad cultural regional, una cultura de paz,
así como el logro de una visión centroamericana compartida.
La política
cultural amplía el campo cultural de la vida social y al mismo tiempo
aumenta las alternativas de las que dispone la gente para escoger sus propias
formas de vida, lo que también forma parte de la defensa de la diversidad
cultural fundada en la libertad (PNUD, 2004:23).
Se plantea redefinir las funciones
tradicionales del campo de las políticas culturales hacia horizontes más
comprometidos con el desarrollo para poder encontrar un modelo centroamericano de gestión cultural de la integración que
coloque a la cultura como “una cuestión
social de primer orden vinculada a la mayor diversidad de los códigos
sociales que operan en el interior de
las sociedades y entre estas”, y reconozca y supere la situación de que “ante
esa variedad de códigos y perspectivas, los Estados no siempre encuentran las
respuestas idóneas, necesitadas a veces con urgencia, ni logran poner la
diversidad cultural al servicio del bien común” (UNESCO, 2009: 4).